jueves, febrero 02, 2006

Alba amargo

Un rincón de tu cuarto
guarda un espejo oscuro
que reflejaba sueños
y adivinó paisajes.
Miré allí de soslayo
buscando la mirada
encendida que encendió
mi mirada perdida.
Mas sólo vi la niebla
que reflejó el espejo,
el vacío insondable
de colores perdidos.
Quise ganar la magia
de aquel cristal eterno
donde hallar la figura
tangible de tu beso,
de nuestro amanecer
entre nuestros dos sueños,
amante dulce, lejana
de mi cercano gozo,
de paisaje de niebla
y encarnados anhelos.
Desde aquel día oscuro
oscurecí el espejo
para velar tu imagen
mil veces repetida.
Y me venció el silencio.

No hay comentarios: