Caigamos en la noche de las tentaciones,
¿acaso importa el destino del tren?
Enrédate en el abrazo oscuro,
enrédame en las raíces del deseo inconcreto.
Que la noche quede en ti, y en mi,
horizontal y negra,
tendida como un río
con las riberas solas.
jueves, abril 21, 2005
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